23 de diciembre de 2006

Los mejores deseos

Querido lector,

En estas fechas tan señaladas, me llena de orgullo y satisfacción... Uy no, perdón, que eso ya lo dice otro. Pues bueno, a lo que iba, que ya he puesto el arbolito aquí debajo, y está todo listo para la llegada del espíritu de la Navidad. Así que sólo me queda desearte una muy FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO, y que todos tus deseos se hagan realidad. Y por supuesto, que cuando se cumplan te pases por aquí y me lo cuentes ;)

Por cierto, para que no te vayas con las manos vacías, aquí te dejo mi regalo de Navidad. Disfrútalo.

15 de diciembre de 2006

Un S.O.S. desde la ignorancia

Estimados lectores blogueros:

Esto así queda muy soso, hay que ponerle alguna solución. Por tanto, recurro a vosotros y, especialmente, a aquellos que teneis un blog propio, para que me expliqueis como narices se pone la lista de los enlaces en la susodicha columna. Mil gracias por adelantado. Aquellos que colaboren verán su blog mencionado en la susodicha lista (no es chantaje, es desesperación :P).

Un saludo,

Walt Rawley

12 de diciembre de 2006

Ojalá: Postdata

Lo siento mucho Chile, el hijo de puta se ha escapado sin una condena en condiciones. De todas formas, al menos sabemos que no podrá hacer más daño.

5 de diciembre de 2006

Ojalá

En estos días el mundo cruza los dedos, toca madera, y no pasa por debajo de las escaleras:
Dos grandes equivocaciones de la humanidad, Fidel Castro y Augusto Pinochet, amenazan con dejar de respirar, y dejar a mucha gente respirar en libertad.
Sin embargo, parece que les cuesta irse. Mala hierba nunca muere. Igual antes de que nos den el último adios la justicia se pone las pilas y condena a Pinochet por alguna que otro asuntillo que aún tiene pendiente.
En fin, no perdamos la esperanza. El comienzo de un mundo mejor está cerca. O casi.

17 de noviembre de 2006

Auster: ilusiones, vértigo y soledad

Nuestro primer encuentro fue más casual que otra cosa. Yo acababa de pasar una mala experiencia con el último finalista del premio Planeta, y buscaba algo que me hiciera volver a creer en la palabra escrita. Y algo que me demostrara que no es verdad que cualquiera puede escribir un libro. Así que busqué entre los estantes de la sección de libros, sin rumbo fijo, algo que me llamase la atención. Y así fue como cayó en mis manos El libro de las ilusiones, que me abrió las puertas al universo de Mr. Paul Auster. La historia prometía. Un director de cine mudo desaparecido; un profesor que, tras perder a su familia en un accidente aéreo, descubre una de sus películas; y una mujer con una mancha de nacimiento en la cara. Y sin embargo, era eso, pero también era mucho más. Un homenaje al cine mudo desde el corazón, un retrato de la soledad que queda tras la pérdida, una historia de amor, y una reflexión sobre el poder de las obras para sobrevivir (y hacer sobrevivir) a su creador. Todo ello contado de una forma que hipnotiza desde la primera línea, que te va llevando de la mano hasta una granja perdida en el desierto de Nuevo Méjico. En resumen, un gran libro. Como es lógico, me dejó con ganas de más, y unos meses más tarde, llegó mi segunda oportunidad.

Esta vez fue un regalo de cumpleaños. Mr. Vértigo. En esta ocasión, Auster revisa uno de los sueños más primitivos del ser humano: el deseo de volar. Así, nos cuenta la historia de un chaval huérfano (a quien este blog le debe el nombre de su autor) a quien un día le ofrecen la posibilidad de aprender a volar. Y esa es, precisamente, la magia del libro, que consigue despegarte del suelo durante unos instantes, para después devolverte a una realidad habitada por el kukux clan, un padre sin escrúpulos, y bandas de gángsters. Porque todo lo que sube, termina por bajar. Y cuando la inocencia da paso a la edad adulta, no hay quien sea capaz de mantener el vuelo. Al terminar de leerlo, se confirmaron mis sospechas, lo de El libro de las ilusiones no había sido casualidad. Estaba ante uno de los mejores escritores del siglo XX. Además, el final de este libro es, sencillamente, conmovedor.

Y, finalmente, fui hasta los orígenes de todo este universo de historias, un ensayo-autobiografía llamado La invención de la soledad. En este caso el viaje fue algo más tortuoso. Seguramente será porque era el primero, o porque no está escrito de forma convencional, pero aviso que para atreverse con este libro, hay que estar preparado. Y yo no lo estaba. Todo surge la noche que Auster recibe la noticia de la muerte de su padre, la cual abre la caja de Pandora de los recuerdos y desencadena una serie de reflexiones que bucean entre la elegía, el sentido de la paternidad, el peso de la memoria y, al fin y al cabo, la soledad del escritor. Sin embargo, uno de los principales atractivos del libro se convierte, quizás, en su mayor inconveniente. Porque, sobre todas las cosas, se trata de una de las obras más personales del autor y, por tanto, muchas veces resulta dificil sintonizar con ella. De todas formas, merece la pena dedicarle un tiempo, aunque sea tan sólo por ver como, a través de la historia de Pinocho, nos mete de lleno en la vivencia de tener un hijo.

En fin. Nos encontramos por casualidad, y ahora parece que nos hemos hecho inseparables. Cada libro suyo es una experiencia, y todavía estás a tiempo de vivirla.

Tienes que aprender a dejar de ser tú mismo. Ahí es donde empieza, y todo lo demás viene de ahí. Debes dejarte evaporar. Dejar que tus músculos se relajen, respirar hasta que sientes que tu alma sale de ti, y luego cerrar los ojos. Así es como se hace. El vacío dentro de tu cuerpo se vuelve más ligero que el aire que te rodea. Poco a poco, empiezas a pesar menos que nada. Cierra los ojos; extiendes los brazos; te dejas evaporar. Y luego, poco a poco, te elevas del suelo.
Así. (Mr. Vértigo, Paul Auster, 1994).

No dejes de oirlos

Venga, vamos a pegar otro pelotazo. Si en su día la lista de películas imprescindibles causó furor entre la población, revolucionando el concepto de blog, hoy vamos a llegar aún más lejos. Aquí os presento, por primera vez en el mundo mundial, mi lista de los diez discos imprescindibles. ¿Qué dices? ¿Qué esto también lo han hecho antes? Ya estamos otra vez. Bueno, pues nada, aquí la dejo, pa quien la quiera.

1. Golosinas, Pedro Guerra
2. Authomatic for the people, REM
3. Auterretratos (vols. 1 y 2), Luis Eduardo Aute
4. Marlango, Marlango
5. Esta boca es mía, Joaquín Sabina
6. BSO Los chicos del coro, Varios autores
7. Atrapados en azul, Ismael Serrano
8. En vivo, mucho mejor, Ariel Rot
9. Flamingos, Enrique Bunbury
10. Arena en los bolsillos, Manolo García

En fin, como ya pasó con la lista de películas, y como pasará siempre con cualquier lista que hagamos, no están todos los que son, aunque si son todos los que están. Así que ahora ya sabes lo que toca, piensa en cuales son tus discos favoritos y cuentalo por aquí, que la última vez lo hiciste muy bien.

12 de noviembre de 2006

Fanatismo callejero

A veces, la publicidad alcanza limites insospechados. Y si detrás de esa publicidad reside una inacabable pataleta, esos límites pueden rebasarse hasta el infinito y más allá. Hasta que llega un momento en que se llegan a poner en peligro las fronteras del respeto y la dignidad humana, de los presentes y, sobre todo, de los ausentes. Y todo con el único fin de acercar al ciudadano a la causa y asentar, más que remover, conciencias. Me explico.

Desde hace varios meses, viene celebrándose en mi ciudad una concentración (creo que coincide con cada día 11) en la que un grupo de españoles más españoles que Lázaro Carreter solicitan, ruegan, exigen a gritos, que se reconozca de una puta vez la implicación de ETA en los terribles atentados del 11-M. Y entonces, digo yo, querrán que a Zapatero se le caiga la cara de vergüenza, que haga las maletas, y le deje a Rajoy las llaves de la Moncloa encima del recibidor de la entrada. Por supuesto, todo ello con una nota que diga "Mariano, tío, siento muchísimo haberte arrebatado el mando a costa de víctimas inocentes. Espero que no te lo tomes a mal." Todo ello, como es lógico, partiendo desde el más absoluto respeto a la memoria de estos inocentes. Bien, uno no está de acuerdo con esas ideas, pero bueno, son sus ideas y habrá que dejarlos, que por lo menos mientras están concentrados no hacen botellón. O lo mismo sí, que más da.
El tema que más me preocupa de todo esto es, sin embargo, la utilización de las víctimas para este tipo, y para cualquier tipo, de fines. Y no hablo de los muertos como símbolo, sino como imagen publicitaria. Si querido lector, las víctimas como un eslogan, igual que una botella de Mistol. Porque resulta que, para la convocatoria de noviembre, estos salvadores de las dignidades nacionales han empapelado las calles con carteles en los que, sobre el fondo de la bandera española, y junto al día, la fecha, y el ferviente motivo del acto, aparece la foto de una de esta víctimas. Se trata de un hombre tendido en el suelo, junto a uno de los trenes, y sobre un charco de sangre. Así, tal cual. Y entonces, cuando la ves, te planteas el sentido de todo eso, si es que todavía le queda alguno. Y ahora, mientras escribo esto, pienso en la clase de respeto que le merecen a esos señores todas las personas que fallecieron en los atentados, y todas las que han fallecido en otros onceemes a lo largo del mundo y de la historia. Y pienso si el señor de la foto sería familia de alguno de los que van a la manifestación. Y cómo se puede pedir justicia violando de esa forma todas las leyes de la ética.

Hoy cuenta el periódico que en Irán han premiado a la mejor caricatura sobre el Holocausto judío en un concurso celebrado en respuesta a las caricaturas de Mahoma que pusieron al Islam en pie de guerra. Y nos echamos las manos a la cabeza pensando en lo radicales y fanáticos que son los árabes. Sinceramente, a mi empiezan a preocuparme más las muestras de fanatismo que nos encontramos pegadas con celo en las cabinas de teléfono y los árboles. Así que, aunque no sirva para nada, si te encuentras con un cartel de esos, o parecido, por las calles, asegúrate de que no mira nadie, y arráncalo. Por si acaso.

1 de noviembre de 2006

Como una peli de miedo

Igual que todos los martes, esta mañana salí de mi casa para coger el autobús que sube hasta el hospital. Sin embargo, en cuanto atravesé el portal, vi sobrecogido como una espesa niebla inundaba la ciudad. Apenas podía verse nada a un metro escaso de donde yo estaba. En fin, pensé, la parada no queda lejos. Así que emprendí el camino, con mucho cuidado al cruzar la calle, por si algún coche veía menos que yo.
Al poco tiempo, llegué a la parada, pero el autobús se retrasaba, posiblemente debido a los atascos que la poca visibilidad estaría creando el centro. Hasta que, finalmente, pude divisar la nebulosa luz de sus faros. Cojí mis cosas, saque como pude el bonobús, y le di los buenos días al conductor.
Como era de esperar, no había ningún sitio libre, porque a esa hora el autobús suele ir lleno de personas mayores que suben al hospital, así que me acomodé como pude en el primer hueco que encontré. A ver si llegamos pronto, aunque total, voy bien de tiempo, seguro que vuelvo a llegar el primero. De pronto, vi que la señora que estaba a mi lado llevaba unas flores en la mano, envueltas en un papel blanco. Pero claro, hace tiempo que dejaron de darme miedo las señora con flores en la mano, así que volví a mis pensamientos, que se esforzaban por mantenerme despierto a esas horas de la mañana. Sin embargo, de forma casi simultanea a la mujer de las flores, escucho a otra señora hablando de toda la gente que se le ha muerto, el tiempo que hace, y lo que les echa de menos. Esta señora tendrá alguien enfermo en el hospital, seguramente, la pobre. La niebla seguía totalmente cerrada, y el autobús avanzando practicamente a ciegas. Y de pronto, un extraño edificio apareció ante nosotros. No puedo decir que era, porque no recordaba haberlo visto en viajes anteriores, lo cual debo reconocer que me inquietó. Hasta que, entre la niebla, pude divisar la inscripción de la puerta principal, coronada por las figura de varios ángeles, entre los que destacaba uno especialmente grande, oscuro, y situado en lo más alto del arco: "Cementerio de San José". Dios mio, pensé de pronto, ¿cómo es posible que haya pasado tantas veces por aquí y no me haya dado cuenta?, ¿qué está pasando?, ¿qué demonios hacemos parados en la puerta de un cementerio fantasma a las nueve de la mañana? De repente, las puertas se abrieron y el autobús se quedó practicamente vacío. Entonces caí en la cuenta, mañana es el dia de los santos, o de los difuntos. Sinceramente, nunca he sabido cual es el día en el que la gente tiene que ir a poner flores y cosas de esas. Claro, ya entiendo para qué eran las flores, y por qué esa señora se acordaba especialmente de sus seres queridos. Pero, aún así, ¿por qué no he visto yo antes ese cementerio? No había salido de mi asombro cuando el autobús volvió a arrancar. Entonces vi que el asiento que estaba junto a mí se había quedado libre, y me senté. Me apoyé en el cristal de la ventana y, de repente, encontré la respuesta a mis temores. "Día 31 de Octubre: Recorrido especial cementerio", decía el cartel colocado por el otro lado. Levanté la vista, y vi como volvíamos a incorporarnos a la ruta habitual. Cuando subimos al hospital, habíamos dejado la niebla a nuestros pies, y lucía radiante el sol.

Y ahora resulta que esta noche quieren asustarme unos niños disfrazados de fantasmas. Venga ya.

19 de octubre de 2006

En este preciso instante

Ahora mismo,

alguien está apagando el despertador, y alguien se está poniendo el pijama
alguien acaba de perder el autobús, y alguien ha llegado a la última estación
alguien se está despidiendo con un beso de tornillo en el portal, y alguien se ha encontrado con las maletas en la puerta y una nota de su mujer
alguien no sabe que escribir, y alguien acaba de vender su primer libro
alguien lo ha perdido todo, y alguien ha encontrado sus recuerdos en el desván
alguien calla en el desierto, y alguien grita en una manifestación antiglobalización
alguien reza en la iglesia, y alguien canta en la ducha
alguien mata en algún lugar, y alguien mataría por sus pechos
alguien nace, y alguien muere

Y tú, mientras tanto, no sabes que hacer y te pones a leer esto.

24 de septiembre de 2006

Woody

El disparate de Bananas. El robot-humano de El dormilón. La metafísica de La última noche de Boris Gruchenko. Annie Hall y Diane Keaton. La idea de Zelig. El blanco y negro de Broadway Danny Rose. El tiovivo de La rosa púrpura del Cairo. La nostalgia de Días de radio. La neurosis de Delitos y faltas. La tormenta de Maridos y mujeres. El coro de máscaras de Poderosa Afrodita. El romanticismo de Todos dicen I love you. La mala leche de Celebrity. La sordomuda de Acordes y desacuerdos. La sesión de hipnosis de La maldición del escorpión de jade. Match point, de principio a fin.
Por todo esto, y todo lo que queda, muchas gracias, Mr. Allen.

23 de septiembre de 2006

De víctimas y modelos

Hace unos días, mientras volvía de la siesta al mundo de los vivos empecé a escuchar voces extrañas que hablaban de relación sentimental, de engaño, de manipulación. Al principio estaba algo desconcertado, pero poco a poco fui recobrando la conciencia. Y por fin, cuando desperté, el desconcierto fue mucho mayor. Las voces misteriosas provenian del nuevo programa de sobremesa de Antena 3, donde se debatía, a estas alturas, si el secuestro de la niña austriaca era o no un montaje. Así, la que hace unos días se convirtió en heroína nacional, la niña que todas las madres querían tener (sin que se la quiten durante ocho años, se entiende), estaba siendo ahora acusada de montajista, de manipuladora, y de tener planificada toda una campaña mediática para sacar fruto de su supuesta historia. Desde siempre, hemos creado a nuestros propios héroes para después poder cargárnoslos. Me froté los ojos. Intentaba asimilarlo. Pero era cierto. Un psiquiatra intentaba dar una explicación científica y coherente del comportamiento extrañamente maduro que presentó la niña en la entrevista más vista de los últimos años. Y, como contrapunto, una señora muy informada juraba y perjuraba que todo era falso. La niña no pidió ayuda cuando tuvo ocasión. La familia de la niña no era tan ejemplar como se pensaba. La niña quería al secuestrador. De pronto caí en la cuenta. A esa señora la había visto yo antes, defendiendo con la misma pasión que la ultima ex de alguien se habia metido tres rayas con el que no pudo entrar en Gran Hermano, y luego se habían ido a la cama juntos. Seguí esforzándome por entender algo. Y cuando por fin empecé a conseguirlo, cambiaron de escenario, y Jesús Mariñas empezó a hablar de la Operación Malaya. No pude más, cambié de canal.
Caí entonces en Cuatro, donde Boris Izaguirre y su sombra, Ana encantada de conocerme García Siñeriz, discutían sobre el último escándalo en el mundo de la moda: no permitir desfilar en Cibeles a aquellas modelos que transparenten la luz a través de su cuerpo. Es el tema del que ahora todo el mundo habla. El Indice de Masa Corporal es lo chic, y hay que ironizar y polemizar sobre ello para ser guays. Claro, entonces yo pienso, si se forman estos debates, es porque alguien no está de acuerdo con las medidas, valga la redundancia, adoptadas por el responsable de turno. Dicen que estar muy muy delgada no quiere decir estar enferma. Por Dios, que barbaridad, a quién se le ocurre. Y a la Siñeriz eso le parece lo más divertido del mundo. Y entonces, en un atisbo de lucidez, recordé que esa misma mañana tuve en mis manos algo así como el diario de una niña de 14 años que está empezando a tener problemas con la alimentación y con su cuerpo. Todavía no ha dejado de comer. De hecho, todavía mantiene un Indice dentro de la normalidad. Pero en su diario describe la batalla que está librando con la comida, y todas las estrategias que ha aprendido para equilibrar las calorías. Y lo que le jode verse gorda, y que lo que más desea en el mundo es volver a ser como antes, simpática y con amigos. Y que quiere salir de ahí como sea. Volví de mis pensamientos y ellos seguían ahí. Ahora la gente había empezado a mandar esemeeses a favor y en contra, y Boris seguía saltando encima de la mesa, y Siñeriz pasándoselo bomba de verse tan cool como sólo ella podía ser. Y pensé si esa niña estaría viendo el programa. Y si estaría tan indignada como yo. Miré el reloj. Se me hacía tarde. Me levanté del sofá y, sin pensarlo ni un momento, apagué la tele.

11 de septiembre de 2006

Alba y el chico de Barcelona.

Ayer un amigo entró aquí y me estuvo contando su historia. Dice que se conocieron una tarde de verano jugando al billar, que al principio no se dieron importancia el uno al otro, pero que empezaron a charlar y a caerse bien. Total, que al terminar la partida ya habían quedado para otro día. Y dice que a partir de ahí empezaron a verse con frecuencia, y se ponían a hablar de sus vidas, de sus gustos, de sus manías, de su color favorito y cosas así. También me cuenta que, a medida que se iban conociendo, se empezó a contagiar de la vitalidad que desprendía esa chica, que no hacía más que reirse, y que le gustaba que le hiciera reir. Además, dice que ella también disfrutaba con su compañía. Y así fue que un día el le preguntó si le quería, y se besaron, se desnudaron, e hicieron el amor. Pero de repente, un día, a el le entró el miedo y se echó para atrás. Y ella no volvió a ser la misma. Ya no se dejaba besar, y besó a otra persona. Pero a ésta también le entró miedo, y también se echó atrás. Aquello le rompió el corazón, pero dice mi amigo que también le ayudó a tenerla de nuevo más cerca. Y seguían hablando, y riéndose a carcajadas, aunque mi amigo sabía que él ya no le gustaba. Pero seguían buscando cualquier excusa para estar juntos y pasarlo en grande. Ella le enseñaba las fotos de su viaje a París, y él le contaba su vida. Cualquier cosa. Y dice mi amigo que, sin darse cuenta, han pasado ya dos años de aquello. Y que ahora, por las noches, se sienta a esperarla, y, que si no aparece, apaga el ordenador y se va a la cama. Por si los encontrais alguna vez, el nick de mi amigo es "Chico_de_ Barcelona", y el de su amiga, "Alba". Hace ya dos años que empezó esta historia, y todavía no han podido verse las caras.

26 de agosto de 2006

Por un Sistema Solar Tolerante e Igualitario

No es justo. Después de tantos años dando vueltas sin parar, haciéndolo igual de bien que los demás, ahora dicen que no, que no sirve, y que fuera de aquí. Por pequeñito, y por diferente. Pues no señor, Plutón no se merece esto. Y para demostrarlo, aquí estamos nosotros. Hay que hacer algo, y hay que hacerlo ya. Así que, colabora con la campaña "Por un Sistema Solar Tolerante e Igualitario" dejando aquí tu mensaje de apoyo, para que vean que no vamos a permitir que nos quiten un planeta así como así. Imaginate que un día la Tierra también se queda pequeña, y nos dejan fuera de órbita con una patada en el culo. Plutón, estamos contigo.

22 de agosto de 2006

Ella en la distancia

Ella está a tu lado, pero no puedes tocarla.
Ella no te mira, mira a través de ti.
Ella te habla sin dejarte entrar en su universo.
Pero cuando ella te toca, te mira, o te habla,
los mil kilometros que os separan se reducen a una partícula de polvo.

17 de agosto de 2006

No dejes de verlas

¿Qué tal, visitante? Espero que, aunque aún llevemos poco tiempo juntos, estés disfrutando de tus visitas por aquí abajo. ¿Sabes una cosa? He estado pensando que quizás vendría bien incluir algo que llamara la atención de la gente, algo que no tuviera ningún blog más. Y dándole vueltas y vueltas, al fin lo he visto claro: ¡Hay que poner listas con tus peliculas, libros y discos favoritos! ¡Seguro que con esto revolucionamos la blogosfera! Ah, ¿dices que eso ya lo tienen otros? Bueno, pues si lo tienen otros, será porque le gusta a la gente, ¿no? En fin, sea como sea, aquí te dejo mi primera lista con 10 películas que creo que nadie debería perderse. Además, si pinchas sobre cada titulo accedes a la ficha de la película en imdb.com, la base de datos cinematográfica más completa de la red. Eso si, está en inglés, aviso.
La verdad es que, de todas las películas que en el mundo son, es muy dificil seleccionar sólo 10. Así que, si te animas, colabora tu también con tu lista, que verás como al final nos queda la mar de chulo.

Sex Out

Los besos con sabor a vomitona en el botellón.
La primera vez en el lavabo de una discoteca.
El sexo oral con una prostituta.
El primer plano de una película porno.
Y, en medio de todo esto, ellos dos cenando con velitas a la luz de la luna.

14 de agosto de 2006

Este artículo no iba a ser así

"Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas, y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones" (A. de Saint-Exupéry: El Principito)


Estimados niños y niñas :

Tras conocer los últimos acontecimientos, el Hombre del Saco, el Monstruo del Armario, y quien suscribe, hemos celebrado una reunión de urgencia en la que hemos concluido que los adultos ya no nos necesitan para que os vayais a la cama. Así es, niños y niñas, ahora se bastan ellos solitos para aterrorizaros.
Vereis queridos niños, hace unos meses el Monstruo del Armario pasó por el dormitorio de una niña de cinco años llamada Alba. Pura rutina. Sin embargo, cuando se acercó a la cama, vio que la niña no estaba allí, lo cual le extrañó, ya que su familia no tenía prevista ninguna salida para esos días. Al día siguiente, el telediario nos informó de que Alba estaba muy grave en el hospital, y que todo el país temía por su vida. Al parecer, niños y niñas, los papás de Alba llevaban algún tiempo dándole palizas. Hasta que un día su cuerpo no pudo resistir más golpes. No os podéis imaginar el revuelo que se formó aquí. Aunque ya habíamos oido hablar de otros casos parecidos, este era el primero que tenía tanta repercusión en los telediarios y los periódicos. Lo que no nos cabía en la cabeza es que alguien pudiera hacer algo así con una niña pequeña. Hasta entonces, se suponía que los únicos que podíamos asustarles eramos nosotros, y que los papás y mamás estaban para protejerles. Pero empezamos a pensar que nos equivocábamos. Por suerte, Alba salió del coma y, por degracia, todo se olvidó y volvimos a la normalidad. Sin embargo, nosotros que os conocemos bien empezamos a pensar que estabais en peligro. Y hoy nuestras sospechas se han confirmado. Han vuelto a hacerlo. Esta vez ha sido un niño de dos años, Christian, pero no ha tenido la misma suerte. Niños y niñas, Christian ingresó ayer muerto en un hospital infantil. ¿La causa de la muerte? Exacto. Parece que de nuevo las palizas de un adulto, en este caso el padrastro del niño, han tenido algo que ver. Como podeis comprender, queridos niños, esta situación nos desborda. Por una parte, nos hemos dado cuenta de que, frente a estos sucesos, recurrir a nosotros para asustaros resulta, cuanto menos ridículo. Pero, por otra parte, hemos pensado que no podemos dejaros solos ante el peligro. Al fin y al cabo, todo lo que somos os lo debemos a vosotros. Así que hemos decidido hacernos cargo de vuestra protección, ya que aquellos que debían hacerlo parecen haber fracasado. Para empezar, vamos a estar muy pendientes de la hermana pequeña de Christian, de sólo dos meses, y que también presenta serios indicios de sufrir la incompetencia de los mayores.
Antes de despedirme me gustaría informaros de otra noticia, para que tomeis conciencia de la grave situación a la que os exponeis si dependeis de los adultos. Hace unas semanas murió una niña de doce años al intentar coronar un castillo humano en Cataluña. Si, de acuerdo, esta vez pudo deberse a un accidente fortuito, aunque la actividad entrañaba un riesgo considerable. Sin embargo, ese accidente podía haberse prevenido de una forma tan obvia que a todos se nos pasó por alto, y que al parecer algún iluminado por el sentido común ha decidido poner en práctica: ponerles a los niños un casco. Pero claro, ya han aparecido otros lumbreras que consideran que la medida es excesiva. E incluso, entre quienes lo defienden, encontramos a quien justifica su uso como respuesta a "una sensación de culpabilidad inconsciente". No señores, no metamos al inconsciente en esto. El uso del casco es necesario simplemente porque si un niño se cae desde esa altura, se mata.
Llegados a este punto, no podemos más que reafirmarnos en nuestro aviso, niños y niñas: Estais en grave peligro. Por todo ello, desde este mismo momento, os ofrecemos nuestros servicios en pos de vuestra protección, seguridad, y bienestar.
Un saludo afectuoso,
El Coco.

13 de agosto de 2006

Historia de una escalera

Hoy, al llegar aquí por primera vez, y mientras limpiaba el polvo para que las visitas encuentren el sitio acogedor, me he puesto a pensar en la cantidad de historias y personajes que han pasado por las escaleras del mundo mundial. Así, tenemos escaleras míticas, desde aquella de Lo Que el Viento se Llevó, o la que bajaba Norma Desmond en El Crepúsculo de los Dioses, hasta la escalera donde se escondía Norman Bates en Psicosis, o aquella que se derrumbaba bajo Tom Hanks en Esta Casa es una Ruina. Incluso hay una que tiene su propia historia, según la creó Buero Vallejo. Sin embargo, si miramos por debajo, también podemos encontrarnos con un Harry Potter que aún no sabe que es mago, o con el abuelo vampiro de La Familia Monster.
Y en estas divagaciones estaba cuando he terminado de preparar esto. No se, lo mismo nunca viene a vernos ninguna celebridad, aunque estoy seguro de que, con gente como tú, podremos alcanzar el glamour suficiente para entrar en el estrellato de las escaleras.

Bienvenidos a mi mundo

Muy buenas lector. Al fin lo he conseguido. Ya me siento un miembro más de la sociedad de la información. He dado el gran paso que me convierte en ciudadano del mundo. Ya me he abierto un blog. Así que ya puedo contar cosas y leer las que tú me cuentes a mí. Porque, como en todo blog decente que se precie, este va a ser un rincón para compartir ideas, gustos, opiniones, y lo que nos de la gana. Así que ya sabes, si tienes algo que aportar al mundo, pasa sin llamar, que aquí debajo la puerta siempre está abierta. Eso sí, ten cuidado al entrar que esto es más bajito de lo que parece, a ver si te vas a dar con el techo en la cabeza.