27 de octubre de 2007

La cámara del metro

Joder macho, la que has liado. Tú, que ibas a tu bola, que te habías pasado la tarde con los colegas, de buen rollo, con las litronas y los porros, sin meteros con nadie oye, ya te digo, de buen rollo. Y luego cuando vuelves a casa, con un ciego muy guapo, te subes al metro y te lías a hostias con una tía de la que ni te acuerdas. También es mala suerte que la puta cámara de video te grabara, y que al día siguiente te sacaran en todos los telediarios. Para colmo, la tía resultó ser menor de edad y ecuatoriana, así que ahora no sólo eres un machista, sino también un puto racista y xenófobo. Pero que sabrán estos, si tú no te acuerdas de nada, si sólo ibas borracho y hablando con tu colega por el móvil. Ahora tienes a los periodistas en la puerta de tu casa. Tranquilo, hiciste bien en decir que no te acuerdas de lo que pasó, pero que si fue como ellos cuentan (y la grabación parece que lo confirma), te consideras responsable. Coño, ¿que más quieren? Pero no, ahora encima te llevan a juicio, y te acusan de racismo y abusos sexuales porque, al parecer, también le tocaste una teta. Lo mismo te meten en la cárcel, a ti, que lo único que hiciste fue montarte en el metro borracho, como ha hecho todo el mundo alguna vez. En fin, de todas formas, no te rayes, seguro que el juez, o quien coño sea, te cree y te deja libre. Aunque, ¿sabes una cosa? Parece que hay mucha gente cabreada con toda esta tontería que se ha montado, y te recuerdo que media España te ha visto la cara por televisión. Así que ándate con ojo y evita los callejones oscuros. Lo mismo te encuentras con algún conocido de la niña esta que te parte la cara y el alma. Y si luego resulta que no lo graba ninguna cámara, y al tío se le ocurre decir que iba borracho, no voy a ser yo quien le pida más explicaciones, pedazo de animal.