28 de octubre de 2009

Un regalo

Ahora que tanto se habla del libro electrónico, del e-book, o como se le quiera llamar,
que consumimos a más velocidad de la que somos capaces de asimilar,
que tenemos el Emule funcionando las 24 horas, acumulando música que jamás oiremos, películas que jamás veremos.

Ahora que las editoriales nos asaltan con cinco best-sellers por semana,
los estrenos de cine se amontonan en las carteleras,
y los discos en las estanterías del Carrefour.

Ahora que es tan dificil que una obra perdure.

Ahora, precisamente, llega Javier Cercas y escribe esto.

Parece largo, pero creeme: merece mucho la pena.

23 de octubre de 2009

No entiendo nada

¿Por qué, las personas contrarias a la reforma de la Ley del Aborto utilizan el derecho a la vida como argumento? ¿Acaso en algún sitio se prohibe tener hijos a quien quiera o pueda tenerlos? ¿Por qué entonces se habla de asesinato, y parece que nos encontramos ante el fin de la raza humana?

¿Por qué estas personas se parecen tanto a las que hace unos años salían a la calle en contra de la Ley que regulaba los matrimonios homosexuales, y contra los nuevos modelos de familia en general? ¿Por qué, en ese caso, se hablaba de la ruptura del núcleo familiar, la pérdida de valores... y, en resumidas cuentas, del fin de la raza humana tal y como la conocemos hasta ahora?

¿Por qué, ya que parece que son los mismos, no cambian el derecho a la vida por el derecho a la libertad de elección, eso que tantos años nos costó conseguir? ¿Por qué no dejan, directamente, que cada uno haga con su vida lo que le de la gana?

¿Por qué, además, los defensores del derecho a la vida, y a la dignidad por encima de todas las cosas, no aparecían en las manifestaciones contra la guerra de Irak? ¿Allí no se ponían vidas en juego? ¿O es que esas vidas eran como de mentirijillas? ¿Por qué entonces sí que les parecía bien que se obligara a la gente a arriesgar su vida? ¿Por la patria?

Por favor, que alguien me explique algo, porque yo estoy hecho un verdadero lío.

17 de octubre de 2009

Entre todas las mujeres

Te levantas a las seis de la mañana, preparas el desayuno, y dejas medio listo el almuerzo. Tu marido se fue a las cinco, así que esto es todo para ti.
A las siete menos cuarto, tarde como siempre, los niños aparecen en la cocina, el mayor sin peinar, desayunan en dos minutos, y se van a terminar de arreglar las mochilas mientras tu le echas un ultimo vistazo a la comida, apagas el fuego, y los tres salís pitando hacia el coche.
Media hora de atasco, llegais al colegio, un beso a cada uno, portaos bien, comeros el bocadillo, y corriendo al trabajo. Llevas dos horas levantada y te da la sensación de que todavía no has parado de correr.

Las dos y media de la tarde. Se termina tu jornada de trabajo, y vuelves a salir pitando al colegio a por los niños, que como llegues tarde la pequeña se pone a llorar. Los recoges y te tragas otra media hora de atasco de vuelta a casa, mientras te cuentan como les ha ido su día, y te recuerdan cada cinco minutos que tienen hambre. Llegais finalmente a casa, las tres y media. Calientas el almuerzo en el microondas y comeis los tres. A las cuatro llega tu marido, muerto de cansancio, el pobre, desde las seis de la mañana trabajando, asi que te quedas con él, por hacerle compañía y que no coma solo. Y porque es uno de los ratitos que teneis para estar juntos. Friegas los platos y, a las cinco en punto, tienes otra vez a los niños esperando en la puerta. Actividades extraescolares les llaman. Que ganas de que se hagan mayores ya. Dejas al mayor en natación y a la pequeña en ballet, que ha empezado este año y no se puede perder una clase. Si un día no puede ir, se pone a llorar. Si la mañana no ha sido muy dura, tu marido se ofrece a recogerlos, una hora después, así que tú puedes volver a casa a descansar un rato, o a terminar de recoger la cocina y limpiar un poco las habitaciones, que la verdad, no sabes como pueden coger tantísimo polvo.

Sea como sea, a las seis y media están otra vez en casa. Les das la merienda, si no se la han comido por el camino, y os poneis a hacer los deberes. Si es que las cosa que les enseñan ahora no hay quien las entienda por Dios. Menos mal que tu marido es bueno con las manualidades, y al menos puede ayudarles en plástica y tecnología. Pero el resto es cosa tuya, porque él, pobre, no pudo estudiar y se tuvo que poner a trabajar desde muy joven, asi que la mitad de las cosas como que no. Acabais a las ocho y media, y empezais con las duchas y la cena. Que si mi hermano me ha empujado, que si yo me ducho primero, que si esto no me gusta... No puedes más. Intentas poner orden y cenar tranquilos, por favor, por una vez en vuestra vida hacedme ese favor. A las nueve y media tu marido ya esta en la cama, que mañana tiene otra vez turno de mañana, por lo que de nuevo te toca a ti recoger la cocina y acostar a los niños. Les das un beso de buenas noches, cuatro esquinitas tiene mi cama, y a dormir.

Por fin, tienes un momento de tranquilidad en todo el día, asi que aprovechas y te tumbas un rato en el sofa a ver la tele, así te entra el sueño antes.

Haciendo zapping te encuentras con un programa del corazón. Belén Esteban se autoproclama princesa del pueblo, mejor madre del mundo, y modelo a seguir para todas las mujeres, así en general.

Te gustaría responderle, aquí te quisiera ver yo, piensas. Pero el sueño te vence, y terminas quedándote dormida, como siempre, con el mando a distancia en la mano.

2 de octubre de 2009

Somos el futuro

En vista de los últimos acontecimientos, en los que todo el mundo se ve en posesión de la más absoluta de las verdades, me gustaría dejar, desde aquí, un par de cosas claras:

Los jóvenes, la juventud, o como se nos quiera llamar, NO somos el mal de la sociedad.

Los jóvenes NO pasamos de todo ni nos preocupa solamente nuestro ombligo. Cuando algo no nos gusta salimos a la calle y nos manifestamos. Distinto es que se nos haga caso.

Los jóvenes NO nos quedamos de brazos cruzados ante todo lo que pasa a nuestro alrededor. A veces ayudamos más que los que nos critican. Pasate por cualquier asociación de voluntarios.

Los jóvenes NO siempre necesitamos emborracharnos para divertirnos. Los botellones NO son nidos de violencia, delincuencia y terrorismo urbano. Son sólo sitios a los que la gente acude a beber con los amigos.

Los jóvenes NO vamos a las discotecas a colocarnos. Conocemos de sobra los efectos de las drogas, y la mayoría las rechazamos. NO todos los jovenes veraneamos en Ibiza.

Los jóvenes (y sobre todo, "los") NO vemos a las mujeres sólo como objetos sexuales. Sabemos lo que es el amor, el compromiso, el respeto. Y, tanto "los" como "las" conocemos los métodos anticonceptivos.

Los jóvenes NO queremos vivir con nuestros padres hasta los 35 años.

Los jóvenes NO queremos que el Estado nos mantenga. Nos dejamos la piel haciendonos un hueco en el mercado laboral, empezando muchas veces con contratos de vergüenza. Pagamos impuestos, y con esos impuestos se pagan las pensiones de los que dicen que sólo pensamos en el vicio.

Los jóvenes que estudiamos NO somos unos mantenidos de nadie. Si estudiamos, es sólo para que ese hueco en el mercado llegue antes, y en mejores condiciones. Y aún así, muchas veces parece más un obstaculo que una ventaja.

A los jóvenes NO nos la suda la política. A la política, si parece que se la sudamos nosotros.

Los jóvenes somos la principal mano de obra en la investigación de este país. Nosotros contribuimos a los avances de la medicina, la física, el derecho... A pesar de vivir en uno de los paises que menos invierte en becas para investigadores.

En definitiva, los jóvenes NO somos unos inconscientes, irresponsables, inmaduros...

Los jóvenes, LE PESE A QUIEN LE PESE, somos el futuro de ésta y de cualquier sociedad.

Pues eso.

Al enérgumeno del autobús de esta mañana,
a los responsables de los programas que muestran los "hábitos de ocio" de la juventud,
y a todos los que piensan que tienen razón.
Con todo mi afecto.