Aunque me condene a 50 años de mala suerte
y la persona que amo pase de mí 30 pueblos.
Aunque corra el riesgo de que la próxima vez que practique el sexo se me rompa el condón
y un móvil colocado por ETA pueda explotarme en las narices
mientras me como una hamburguesa del MacDonald con un diente de rata dentro.
A pesar de que un virus letal camuflado como contacto del messenger ponga en serio peligro la salud de mis familiares y amigos
y a partir del mes que viene tengamos que escribir cartas si no queremos pagar a hotmail.
Aún a riesgo de no descubrir jamás los secretos más profundos de la filosofía Zen,
de no poder leer la carta que escribió García Márquez,
y vivir ingenuamente sin saber que hay que disfrutar cada día como si fuera el último,
porque el Señor así lo ha querido.
Incluso siendo consciente de que a partir de ahora las únicas puestas de sol que vea serán a través de mi ventana.
En resumen, asumiendo todos y cada uno de los riesgos que conlleva mi decisión, te lo pido por favor,
por lo que más quieras,
por mi, por todos mis compañeros, y por mi primero:
Nunca, pero nunca jamás, vuelvas a enviarme un email en cadena, ¿de acuerdo?
25 de mayo de 2008
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2 comentarios:
jajajaj
Este es el mensaje que todos deberíamos reenviar.
Se te ha olvidado mencionar el del Actimel, que por lo visto es malisímo.
Y de alguno que me ha llegado sobre Zapatero mejor ni te cuento.
Total.
Si puedes, reenvía este comentario a todos tus contactos.
Cierto, y una jeringuilla que encontraron en la piscina de bolas de un MacDonalds.
Por cierto, si lo reenvío... ¿que me das a cambio?
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