Lucía, minifalda o vestido corto, siempre con escote, eso sí.
Lucía es la reina de la pista, y lo sabe, y le gusta, y lo explota como nadie.
Sabe que cuando baila, todo a su alrededor existe sólo por y para ella:
las luces, la música, la gente, el humo, todo.
Lucía, pelo castaño, zapatos sin mucho tacón.
Sería capaz de bailar horas enteras, sobre todo si sabe que le miran.
A veces alguno se le acerca, baila con ella y, si Lucía está de buenas, le mete mano,
luego él se va, y ella sigue bailando.
Lucía, ojos marrones, las uñas pintadas del mismo color.
Siempre ha sido así, desde que empezó a salir por las discotecas.
La primera vez que bailó acabó en el centro de la pista,
se sentía la estrella, el centro de atención, el centro del universo.
Lucía,
Dice que nunca le han atraído el alcohol ni las drogas.
Tampoco es amiga de los adornos, ni de la cirugía estética.
Lucía es sólo cuerpo y música.
Porque Lucía sabe que, cuando baila, se convierte en la reina de la pista.
11 de septiembre de 2009
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1 comentario:
A mí no me dejaron entrar por llevar zapatillas de deporte, así que no pude ver a Lucía bailar.
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