5 de diciembre de 2006

Ojalá

En estos días el mundo cruza los dedos, toca madera, y no pasa por debajo de las escaleras:
Dos grandes equivocaciones de la humanidad, Fidel Castro y Augusto Pinochet, amenazan con dejar de respirar, y dejar a mucha gente respirar en libertad.
Sin embargo, parece que les cuesta irse. Mala hierba nunca muere. Igual antes de que nos den el último adios la justicia se pone las pilas y condena a Pinochet por alguna que otro asuntillo que aún tiene pendiente.
En fin, no perdamos la esperanza. El comienzo de un mundo mejor está cerca. O casi.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿De verdad crees que el mundo será un lugar mejor después del entierro de Castro o Pinochet? A mí es que el final de 'Munich' me marcó mucho... miratelo otra vez, a ver que tal.

Walt Rawley dijo...

No lo se, pero después de morir Franco llegó a España la democracia ¿no? Esas cosas también marcan, y crean expectativas. Mirate un libro de historia y me cuentas ;)

J. Bernal dijo...

Supongo que está feo alegrarse de la muerte de alguien. Pero oye, hay muertos y muertos.

Y no sé si el mundo es ya un sitio mejor. Lo que está claro es que no vamos a echar de menos a ese.