10 de diciembre de 2009

Algo tan grande que no se puede explicar con palabras.

Yo que nunca he creído en experiencias místicas, religiosas, espirituales, extrasensoriales, alucinógenas, ni nada por el estilo.

Yo que siempre he defendido el más radical de los ateismos, Dios mediante.

Yo acabo de estar en el que posiblemente sea mi último concierto de Sabina, que ha prometido que después de esta gira deja los escenarios.

Y a lo mejor por no creer en nada de eso, ahora mismo no tengo palabras para describirlo.

Ha sido grande, muy grande, enormemente grande.

Tan grande, que cualquier palabra se le queda pequeña.

1 comentario:

Isa dijo...

Yo fui al que dio con Serrat en Sevilla...

... .

:)